Esta frase la escuché hace muchos años y caló en mi vida, permitiéndome observarme y observar a otros. Por esencia o estilo de personalidad, siempre me he caracterizado por estar haciendo algo y si bien soy consciente y reconozco que muchas veces puede llevarme a agotamiento y desgaste mental y físico, una y otra vez, elijo: ACCIONAR. La verdad, para mí es un estilo de vida.
Hago la aclaratoria, que, con los años, este accionar se volvió más estratégico, pero siempre implica movimiento, dinamismos, atreverme a probar, arriesgarme muchas veces y equivocarme aún más. He besado las equivocaciones, he llorado con el famoso: “te lo dije” pero también he bailado apretado con el éxito. Mi punto aquí es: si no te decides a actuar, nunca pasará nada.
El accionar no significa, que no se tenga miedo, tal vez, el miedo es mayor, si lo comparamos con aquellos que procrastinan antes de actuar, pero como principio de vida, hace muchos años ya. tengo claro, que el miedo nos acompaña siempre, la diferencia está en lo que se decida hacer con ese miedo y con esto me refiero a las dos únicas opciones:
- Tenerlo miedo al miedo y paralizarse, por lo tanto, me resguardo en mi zona de confort.
- Lo miro a lo ojo, le pico el ojo, le tomo de la mano y le digo, vamos que tenemos mucho que hacer.
El accionar te conecta con tu máximo potencial, inclusive en aquellos momentos, donde los resultados no son los esperados, sin duda las llamadas competencias esenciales se elevan.
Frases como: “es preferible pedir perdón que pedir permiso” o “es preferible atajar loco, que empujar bobo”, inspiran al seductor actor de ir a la acción.
En un mundo Híper VUCA, como lo considero hoy, el factor tiempo, es determinante para acercarte al éxito o alejarte del mismo. Acciones pensadas, constantes, focalizadas, cargadas de visión y conectadas con las emociones y sentimientos, sin duda traen una diferencia en el sentido de la vida.
Piensa todas las veces que tomas la decisión de accionar, mapeando oportunidades y riesgos y recuerda cómo te sentiste vs alguna otra ocasión donde simplemente lo que decidiste es quedarte en tu zona de confort.
La única manera de pasar a la zona mágica es accionando y para mí la zona mágica, es ese umbral maravilloso, donde sabes que la acción te llevo a otra experiencia, que te elevó como ser humano.
Aclaro, es importante analizar y tomar un tiempo prudencial para que a esa decisión de accionar la impregnes de buena energía, lo que no debemos hacer es dejar de hacer algo, simplemente porque la decisión fue no decidir.
La vida está conformada por el camino y por la consecución de objetivos y durante ese trayecto, no se requiere la perfección, se requiera la acción.
Pregunta reflexiva para ti: ¿Accionas o te paralizas?
Nos vemos en un próximo encuentro.
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